Arándanos. Cultivo, variedades, propiedades | Permacultura en Galicia
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==== Arándano ====

El arándano es un arbusto que crece de forma silvestre en la mayor parte de Europa, Asia, América Central, EE.UU y Canadá, entre los bosques de coníferas y en los brezales.

En los últimos años la superficie cultivada de esta especie se ha incrementado notablemente debido al aumento de la demanda de este fruto por sus excelentes propiedades organolépticas y nutritivas.

Además de poseer un saludable fruto, es una planta muy beneficiosa desde el punto de vista ecológico, ya que protege el suelo de los bosques de la erosión y contribuye a la formación de humus.

Es ideal para incorporar al bosque de alimentos, pues es muy longevo. Tiene una vida productiva de alrededor de 20 años, pero con buenos cuidados y bajo condiciones climatológicas óptimas puede durar hasta los 70 años.

Es muy importante escoger las variedades adecuadas dependiendo del emplazamiento en el que lo situemos, porque después de completar su necesidad de horas frío (que serán entre 400 y 1200, dependiendo de la variedad), la planta rompe su estado de reposo y se torna sensible a las bajas temperaturas.

Existen tres grandes grupos de variedades:

  • El arándano Highbush del norte, quizá el más extendido.
  • El arándano Lowbush.
  • El arándano Rabbiteye (u ojo de conejo).

    Sus dimensiones varían desde el medio metro hasta los 2 metros, dependiendo de la variedad.

El gran número de especies existentes nos permite cultivar distintas variedades con floración escalonada para poder disfrutar de hasta 5 meses de arándanos frescos en nuestro huerto o bosque de alimentos.

La reproducción por semillas es difícil y produce plantas heterogéneas. Emplearemos el esquejado, los acodos y la separación de hijuelos, aunque la dificultad para su enraizamiento hace preferible su adquisición en viveros. Ya que laboratorios especializados usan la micropropagación o reproducción in vitro de plantas madre, dando lugar a plantas libres de enfermedades y listas para transplantar.

Su sistema de raíces es relativamente superficial, por lo que incluso podremos cultivarlo en macetas grandes o contenedores, con una profundidad adecuada de unos 50 cms.

Es una planta altamente sensible a la asfixia radicular, que atajaremos con suelos bien drenados y un sustrato ácido, con un PH entre 4 y 5,5.

No debemos olvidarnos de acolchar la tierra para que mantenga la humedad, e impedir el crecimiento de hierbas indeseadas. La corteza de pino o el serrín son unas buenas opciones para este fin.

El viento es el mayor problema para su cultivo, pues ocasiona la caída de flores y frutos con facilidad.

A pesar de ser una especie autopolinizante, el arándano se beneficia enormemente de la polinización cruzada. Aumentando significativamente la calidad, tamaño y peso de sus frutos, por ello es aconsejable plantar al menos dos variedades con la misma época de floración.

Debido a su gran tendencia a ramificarse, es necesario realizar podas regulares. Tiene hojas simples, de color verde brillante, que al llegar el otoño adquieren un color rojizo intenso, resultando muy decorativo.

Sus flores tienen forma de campana, de color blanco, rosa, rojo o púrpura.

Su fruto es una baya esférica de color azul a negro o roja, dependiendo de la variedad, y está cubierta por una capa cerosa blanquecina. Es muy saludable, pudiendo consumirse crudo, en zumos, mermeladas, envasarse en conserva o congelarse.

Los arándanos son muy saludables. Ricos en resveratrol, antocianinas y otros potentes antioxidantes. Poseen grandes beneficios para la vista y el bienestar cardíaco. Destacan en su composición minerales como el potasio, fósforo, calcio y magnesio y vitaminas como la C o la B6.

Por todas estas cualidades el arándano es de incorporación obligatoria a nuestro huerto ecológico o bosque de alimentos.

Música:
«Bomber (Sting)» by Riot

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